Los Fondos de Inversión (FI) constituyen una forma segura y ventajosa para invertir y rentabilizar los ahorros.
Frente a otros tipos de inversión, los Fondos presentan las siguientes VENTAJAS:
La seguridad se refiere tanto a las participaciones propiedad de los inversores como a los valores en los que invierten los Fondos de Inversión.
El cumplimiento por los Fondos de Inversión de todas las normas mencionadas se supervisa por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que recibe mensualmente información. La CNMV supervisa los Fondos de Inversión, SGIIC y entidades Depositarias, tanto a distancia (a través de la información recibida) como in situ (realizando inspecciones mediante visitas a la entidades supervisadas).
Adicionalmente, las SGIIC y las entidades depositarias han de actuar en beneficio de los partícipes de los Fondos de Inversión, debiendo exigirse mutuamente responsabilidades. Además, la Depositaria cumple funciones de vigilancia y supervisión de la gestión de la SGIIC y debe comunicar a la CNMV las eventuales incidencias detectadas.
Los inversores pueden, con carácter general, adquirir o reembolsar participaciones en los Fondos de Inversión cada día, realizándose el pago del reembolso, como máximo, en 72 horas. Esta circunstancia determina otra diferencia fundamental frente a otros activos distintos de los Fondos de Inversión, que no tienen esta liquidez.
Los partícipes de los Fondos de Inversión gozan de un régimen de traspasos que permite el aplazamiento de la tributación en el Impuesto sobre la Renta (IRPF), cuando el importe obtenido del reembolso de la participación en un Fondo de Inversión lo destine a la adquisición o suscripción de otros Fondos de Inversión. En estos casos, la ganancia o pérdida patrimonial no computará y las nuevas participaciones suscritas conservarán el valor y la fecha de adquisición de las participaciones transmitidas o reembolsadas.
Este régimen fiscal es exclusivo de los Fondos de Inversión o determinadas formas de inversión colectiva y constituye una ventaja adicional, de la que carecen otras formas de inversión.
En los restantes casos, hasta que no decida rembolsar, el partícipe no tributará por la ganancia (plusvalía) generada. Las ganancias y pérdidas patrimoniales se integran y compensan en la base imponible del ahorro conforme a la normativa del IRPF y, si tal base fuera positiva, tributará a un tipo fijo del 18%.
Los Fondos de Inversión han de cumplir estrictas normas, que establecen los activos en los que pueden invertir (activos aptos), así como los porcentajes máximos de inversión de su patrimonio según las características del activo y del emisor (diversificación). Con carácter general, la inversión en activos emitidos o avalados por un mismo emisor no puede superar el 5% del patrimonio del Fondo.
Por ello, los Fondos de Inversión invierten en múltiples valores de diferentes emisores. La evolución negativa de un valor puede, en su caso, compensarse con la evolución positiva de otros. Además, en caso de que se produzca quiebra de un emisor, sólo afectaría en el reducido porcentaje que represente respecto al patrimonio del Fondo de Inversión, que siempre deberá estar por debajo de los límites normativos.
Además, los Fondos de Inversión se encuentran sometidos a otros límites para atender adecuadamente a los reembolsos y para mantener su solvencia.
Los inversores tienen a su disposición una amplia información sobre los Fondos de Inversión:
Esta es la principal diferencia con otros muchos activos financieros. En éstos últimos, los inversores desconocen, en muchas ocasiones, los riesgos (que suelen concentrarse en una sola entidad), los costes (que, habitualmente, son difícilmente comprensibles) y las pérdidas de la inversión (que sólo es conocida cuando el inversor quiere vender o el emisor entra en dificultades). Por otro lado, los riesgos, costes y pérdidas de estos otros activos distintos de los Fondos pueden llegar a ser ilimitados.
Las Gestoras son entidades profesionales que gestionan el Fondo en beneficio de los partícipes. Los Fondos reciben suscripciones de muchos partícipes, de manera que éstos pueden acceder, con una pequeña inversión, a todo tipo mercados y a inversiones más ventajosas, que, individualmente, les serían inaccesibles.
Los Fondos de Inversión tienen diferentes estrategias de inversión (políticas de inversión). El inversor puede elegir entre una amplia gama de Fondos con distintos niveles de riesgo, existiendo posibilidades muy conservadoras, que reducen al mínimo la posibilidad de pérdidas, frente a otras más arriesgadas, que pueden llevar a mayores ganancias a costa de asumir riesgos. Así, el inversor puede elegir, por ejemplo, desde Fondos Monetarios a Fondos Internacionales que invierten en mercados emergentes.